Para cualquiera que haya caminado por el centro de Madrid, no
es sorpresa encontrar a estas personas denominadas “relaciones públicas”
invitando a todo transeúnte desprevenido a tomarse una copa o cenar en algún
lugar mas o menos cercano. Por regla general suele ser gente mas o menos
simpática, que te acerca una tarjeta mas o menos simpática, para que acudas a
un sitio mas o menos simpático, a dejarte tus mas o menos simpáticos euros.
Hasta ahí todo muy simple y sencillo, ¿No?
Pero, ¿Habéis contado alguna vez cuantos de estos “relaciones
públicas” se acercan a vosotros cuando vais SOLOS? …. ¿Cuántos decís? ¿Dos, tres …. CERO?
Sí, si vamos solos por la calle, la cantidad de “relaciones
públicas” (que en adelante denominaré RRPP) que se nos acerca es CERO. Como si
la soledad fuese una peste que se contagia; como si una persona sola no tuviese
derecho o ganas de comer o de tomarse una copa. Aunque viva solo, mi
metabolismo sigue requiriendo la ingesta de proteínas, hidratos de carbono y
grasas…. ¿Sabes?
Ser sociable es algo muy positivo, pero está sobrevalorado.
No necesariamente está por encima de vivir una vida plena en soledad. O mejor
dicho, con la compañía de uno mismo.
¿Por qué solamente tienen derecho al ocio
aquellos que van acompañados de una turba de seres humanos riéndose a
carcajadas de cosas que solo ellos entienden, y que al resto de transeúntes nos
parecen banales, cuando no tremendamente estúpidas?
¿Acaso no existe gente que
va por la vida sola?
Yo soy uno de ellos, y no sé lo que es oler el cogote de
un RRPP porque no se me acercan ni a 20 metros. Yo no tengo amigos, mi familia
vive a 1500 kilómetros como “cerca”, y no tengo mascota ya que la rata que
tenía (gracias a que a mi ex se le había antojado una mascota pero yo no quería
ni un perro ni un gato, porque sabía que él no se haría cargo y tendría que
aguantarlo durante 20 años) se murió.
Por no tener, no tengo ni plantas en
casa. El último ser vivo alojado en casa fue un cáctus, y le caí tan antipático
que logró crecer piernas y un día se fue de casa andando.
Y a pesar de todo
esto creo que tengo el derecho de tomarme un gintonic o comerme una tortilla de
patatas en un restaurant, cuando no una bola de takoyaki o una samosa de pollo
con curry.
Un “amigo” me dijo que, claro, eso no es rentable para un restauran (y lo pongo entre comillas porque tengo serias dudas de que sea un
amigo). Que un comensal te ocupe una mesa que podría ser para cuatro personas
efectivamente no es rentable. Y lo entiendo, pero , ¿Por qué entonces los restaurantes no ofrecen otra clase de alternativa?
Nuestros amigos los Japoneses (que nos llevan años de ventaja
en esto de ser unos bichos antisociales y reprimidos) tienen unos restaurantes que se adaptan perfectamente a que uno vaya a comer solo:
Como se puede apreciar en la foto, la gente come en una
especie de mostrador, de cara a los cocineros / camareros. Esta disposición es
perfectamente compatible con ir a comer solo. Nadie te va a mirar “raro” por
estar solo en una mesa para cuatro con la calva grasosa brillando bajo la luz
de los focos y el camarero constantemente preguntando “¿Estás esperando a
alguien?”. Puedes comer disfrutando de tu patética soledad sin que eso sea
evidente a la vista. Al fin y al cabo uno tiene derecho a vivir su patetismo
discretamente.
Y si te apetece contacto con otro ser humano, pues tienes gente
a tus costados o los camareros delante, que con tal de que consumas algo más
son capaces toda clase de falsedades.
Invito a los dueños de los restaurantes a implementar sistemas
como éste. La barra de un bar no es un sitio cómodo para comer, pero con una
pequeña modificación a la Japonesa, podemos hacer de estos sitios un lugar
cómodo y acogedor; para todas esas personas que, como yo, tenemos alergia a
tener que estrechar la mano de alguien o tener que contarle cuestiones
personales por miedo a quedar en silencio incómodo, mientras manoteamos el
móvil porque no sabemos muy bien que decir, y nos genera ansiedad mirar a las
pupilas de otro ser vivo por si están viendo a través de nuestros ojos esa
parte oscura de nuestra alma que nos anima a quemarlo todo.. TODO…...
… porque el fuego purifica, eso lo sabe cualquier hijo de
vecino…
...incluso un RRPP.
Acá en hannover también estas acompañado cuando Tomás un café o comes porque hay muchos sitios que compartir mesa, sitios (vaga la redundancia) que es de comidas rápidas,pero muchas veces te preguntan si se pueden sentar a tu lado...y solo toman.o comen y se van,a veces te comentan algo pero es que en esos sitios se cruzan tantas culturas que asusta...pero a mi me gusta...me siento acompañada tomando un café.muy Bueno fedu..
ResponderEliminar