jueves, 11 de agosto de 2022

La Sociedad del Streaming

La sociedad del streaming rechaza todo aquello que no está hecho específicamente para un individuo, y eso nos está convirtiendo en una sociedad intolerante y antipática. 
Desde unos años a esta parte, las personas no solo se sienten legítimadas para criticar cualquier creación, sino también legitimadas para boicotear y acosar a los creadores que no hagan aquello que quieren consumir. Se trata de la cultura del streaming, que ya no nos convierte solo en consumidores exigentes, sino en consumidores INTRANSIGENTES... que es mucho peor. 
A día de hoy, cuando quieres consumir un determinado contenido, lo tienes no solo al alcance de la mano, sino a tu gusto. Puedes elegir qué serie ver, cuando verla, como verla. Si quieres te puedes descargar la temporada completa, verla en una tarde, o el jueves por la noche, o el domingo por la mañana... da igual. Puedes verla en el móvil, en el ordenador, en la tele... donde quieras. Y tienes un abanico de opciones que te permite ver solo aquello que quieres y que se adapta a tus gustos. ¡Fenomenal! ¿Verdad? 

 Pero hay un problema, esa cultura de "hecho a mi gusto", está provocando un empoderamiento del consumidor que está acarreando una cultura extremadamente tóxica hacia la creación. Pongamos un ejemplo que ha sentado un muy mal precedente en la industria del entretenimiento. En 2020, cuando estaba para estrenarse la película "SONIC", los que vieron el diseño del personaje principal se embarcaron en una campaña para dejar patente su descontento con el diseño y animar a la productora a que lo cambiase. Cosa que finalmente ocurrió:
Aquello creó una sensación entre los internautas de poder, de poder cambiarlo todo solo con la pataleta y el intento de boicot. 
 Unos años mas tarde se anuncia una nueva entrega de la saga de aventuras gráficas Monkey Island. Una secuela creada por el propio autor original de la saga, una excelente noticia para todos los fans. Pero resulta que en el momento en que a algunos no les gusta el nuevo estilo gráfico del juego, se embarcan en una campaña de ACOSO Y DERRIBO (literalmente) hacia los creadores del juego. Al punto de insultar, y publicar mensajes extremadamente hirientes en la propia web de los desarrolladores. 
 Ayer se lanza un video con detalles sobre el nuevo juego de la saga Splatoon, y ya tenemos a un buen puñado de "fans" quejándose de que no hay "suficientes cambios" que justifiquen un nuevo juego. Comentarios de tipo "mismo juego, diferente empaque", a pesar de que hay como mínimo 15 modificaciones bastante sustanciales sobre un juego que, la verdad sea dicha, tampoco necesita un cambio radical para seguir siendo divertido. 
Y así ocurre en mil otras creaciones artísticas, donde quienes van a consumir, están empoderados al punto de exigir al autor que haga algo adaptado a la perfección a sus gustos personales y no a la visión del propio autor. 

¿No estamos yendo demasiado lejos? 

Las expresiones artísticas son propiedad DEL AUTOR. Es su visión de lo que quiere transmitir lo que al final plasma en su obra, no la visión de otros, no lo que opinen los demás. Si una expresión artística no nos gusta, podemos opinar sobre ella, no consumirla, ignorarla... pero boicotear activamente al autor para intentar obligarle que haga algo a nuestro gusto, es el colmo del narcicismo, el egoísmo, la antipatía y la actitud más pueril que un adulto puede tener. 

Y el problema principal, es que la cultura del streaming, del "todo a la carta", se está impregnando en otros ámbitos de nuestra vida como sociedad.

Si en el colegio a nuestros niños les enseñan historia, pero no ajustada a la forma en la que nosotros entendemos la historia; pues nos vamos al colegio a pegarle al profesor, o hacemos una manifestación para que se cambien de cuajo los programas educativos. 
Si en Grindr queremos ligar, pues ponemos mensajes de tipo "No mayores de 40, ya tengo padres. Si eres mayor ni me hables", o "No gordos", o "No depilados" incluso recurriendo al insulto y la falta de respeto para expresar algo que debería ser una "preferencia" y que en cambio se convierte en un arma para hacer sentir a los demás como menos válidos o menos deseables. 
Si el gobierno no es del color que preferimos, intentamos boicotearle a base de mentiras, de fake-news; acusando de "dictadura" o "gobierno ilegítimo" algo que a todas luces no lo es (mas allá de que sea de tu ideología o no), exigiendo la dimisión de tal o cual ministro simplemente porque ha dicho que es sano "comer menos carne" porque a ti la carne te apasiona y no piensas renunciar ni a un gramo de ella (en lugar de no hacer caso, vamos a pedirle que dimita y cárcel).
... y así todo: boicoteando, faltando el respeto, mintiendo, insultando, despreciando cualquier cosa que no haya sido hecha a la carta para nosotros. 

Por momentos echo en falta cuando la televisión no era 24 horas, cuando solo había cuatro canales, y cuando si querías ver dibujos animados tenía que ser el sábado por la mañana y solamente a una hora determinada. Creo que nos ayudaba a forjar un carácter más paciente, más crítico pero sin llegar a ser intransigentes e intolerantes; a tener una personalidad más independiente, menos caprichosa, más selectiva de aquello que queríamos consumir sin por ello dinamitar aquello que no queríamos consumir. Solo nos falta aparecernos en el Burguer King con una bomba simplemente porque nos gustan más las hamburguesas de McDonald's, como si ambos comercios no pudiesen coexistir. 

Si una película no te atrae, no la mires. Si la temática de un libro no te gusta, no lo leas. Si un videojuego no te divierte, no lo juegues. Si una persona no te gusta, sigue tu camino. 
Pero en ningún caso es necesario faltar el respeto y dinamitar a una persona para que haga la película como tú la quieres, el libro según el tema que a ti te gusta, el videojuego con las mecánicas que te divierten, o se convierta en esa persona que a ti te gusta. 
No nos tenemos que olvidar que detrás de muchas de las cosas que criticamos hay personas, y personas con sentimientos; con lo cual nuestras críticas tienen que ser medidas, no hirientes, y de ser posible constructivas. Si una persona no te gusta, no es necesario que intentes cambiarla, ni tampoco es necesario hacerle sentir que no vale con insultos o comentarios hirientes. Le puedes decir "lo siento, no eres mi tipo" y el efecto será el mismo sin que haya dolor de por medio. Puedes decir "esta canción no me gusta" sin necesidad de hacer sentir al autor que su obra es una basura. 

Los antiguos Griegos valoraban muchísimo la Sophrosine, que era la moderación, la discreción y el autocontrol.... a ver si se nos pega algo de ellos y hacemos de nuestra sociedad un sitio más amable donde vivir.

La sifilítica del pueblo

     Las telenovelas nos pueden dar escenas muy bizarras e increíbles, pero a veces en su título podemos encontrar una verdad incontestable....